el día se va a desintegrar, reconozco la rola de jumbo al abrir la puerta de la nueva aztek que fer acaba de comprar. siendo estrictos, fue su padre quien pagó por ella, todos lo sabemos, pero ¿a quién chingados le importa?
ya en paseo colón saludo a fer y a axel que viene en el lado del copiloto y pretende estar animado con la canción, cuando yo sé que a él le gustan otro tipo de bandas más agropecuarias. traigo le male de jp gaultier y haciendo un esfuerzo, creo que fer se puso cerruti image. ni me molesto en saber a qué huele axel. es naco, debe traer cool water o algo que estuvo de moda hace 4 años. fer, en un momento dado, quiere destacar detalles del aztek y antes de que se explaye, le digo que vi el promo en el cine. me pregunto cómo estará cananas hoy. espero que hayan hecho reservaciones temprano, odio sentarme en un rincón, donde terminan todos los wanna-bes.
—¿a que no sabes quién anda en nuevo laredo? —me pregunta fer en un tono que pretende ser intrigante.
no sé, sorpréndeme, pienso. ¿quién será? odio este tipo de preguntas. ¿cómo chingados lo voy a saber? la respuesta puede ser el mundo entero. salma hayek. thom yorke. jesucristo. su papá que volvió de entre los muertos. simulo entrar al juego y en el mismo tono le pregunto: ¿quién?
—andrea —por fin me dice, luego de pendejear medio minuto con “adivina”.
luego viene un silencio que parece que yo tengo que llenar con algún comentario al respecto. odio el pinche folklore.
andrea. podría ser andrea palma, andrea etcheberry, andrea mis-huevos. pero no. sé que es una estúpida que salió conmigo un par de veces. no pude cogérmela, aunque todos mis amigos piensan que sí lo hice. no es como si yo se los hubiera dicho, pero claro que tampoco me preocupé por decirles lo contrario. ¿irá a cananas hoy?
—¿andrea montemayor? —digo haciéndome pendejo.
—no. andrea la de los zapatos. claro que montemayor, pendejo. ¿qué otra?
el día se va a desintegrar...
pasamos por hugo y beto, quien parece que fumó algo porque viene muy risueño y no deja de decir: “vamos a buscar zorras”. por un minuto ni parece ser el mismo cabrón que hace una semana perdió a su novia. le digo que siento lo de la muerte de jana y él me dice que no hay bronca con una risita que casi me contagia y me pregunto qué le hizo pensar que habría bronca. el comentario fue sólo por no dejar. fer estaciona el aztek y bajamos, nos miramos, nos reímos y caminamos a la puerta. beto se faja la camisa.
la fila de gente que quiere entrar está de hueva. fer se adelanta y el de la puerta lo conoce (nos conoce) y voilá, pasamos. veo a una mona muy bonita que trae una falda gris pegada y un top negro, buen vientre, mejores tetas y un anillo en el ombligo. me sonríe y hago lo mismo. cree que la voy a ayudar a entrar. pobre pendeja.
adentro, “lo haré por ti” de paulina rubio sale de todas las bocinas y nos recibe mientras pagamos el cover. alguien grita mi nombre y levanto la mano aunque no sé de dónde chingados viene el saludo. hugo y beto se van directo al baño y es casi seguro que van a inhalar la primera dosis de la noche. a lo mejor me equivoco, digo, puede que ya hayan empezado antes. un mesero nos conduce a la mesa y en el trayecto saludamos como a mil personas. lo clásico se escucha: “mua”, “¡cuánto tiempo!”, “ciao”, “call me”, “te ves súper” “tu pelo la mueve cañón”, “la, la, la”.
el día se va a desintegrar, canto para mí. pedimos una botella de buchanan’s con todo lo necesario y nos sentamos en la mesa del centro. el dj nos saluda por el micrófono y hacemos como que no merecemos tanta atención. la humildad es algo en lo que estoy trabajando ahora.
—fragmento de "el día se va a desintegrar"
de mi libro "frontera pop"
ya en paseo colón saludo a fer y a axel que viene en el lado del copiloto y pretende estar animado con la canción, cuando yo sé que a él le gustan otro tipo de bandas más agropecuarias. traigo le male de jp gaultier y haciendo un esfuerzo, creo que fer se puso cerruti image. ni me molesto en saber a qué huele axel. es naco, debe traer cool water o algo que estuvo de moda hace 4 años. fer, en un momento dado, quiere destacar detalles del aztek y antes de que se explaye, le digo que vi el promo en el cine. me pregunto cómo estará cananas hoy. espero que hayan hecho reservaciones temprano, odio sentarme en un rincón, donde terminan todos los wanna-bes.
—¿a que no sabes quién anda en nuevo laredo? —me pregunta fer en un tono que pretende ser intrigante.
no sé, sorpréndeme, pienso. ¿quién será? odio este tipo de preguntas. ¿cómo chingados lo voy a saber? la respuesta puede ser el mundo entero. salma hayek. thom yorke. jesucristo. su papá que volvió de entre los muertos. simulo entrar al juego y en el mismo tono le pregunto: ¿quién?
—andrea —por fin me dice, luego de pendejear medio minuto con “adivina”.
luego viene un silencio que parece que yo tengo que llenar con algún comentario al respecto. odio el pinche folklore.
andrea. podría ser andrea palma, andrea etcheberry, andrea mis-huevos. pero no. sé que es una estúpida que salió conmigo un par de veces. no pude cogérmela, aunque todos mis amigos piensan que sí lo hice. no es como si yo se los hubiera dicho, pero claro que tampoco me preocupé por decirles lo contrario. ¿irá a cananas hoy?
—¿andrea montemayor? —digo haciéndome pendejo.
—no. andrea la de los zapatos. claro que montemayor, pendejo. ¿qué otra?
el día se va a desintegrar...
pasamos por hugo y beto, quien parece que fumó algo porque viene muy risueño y no deja de decir: “vamos a buscar zorras”. por un minuto ni parece ser el mismo cabrón que hace una semana perdió a su novia. le digo que siento lo de la muerte de jana y él me dice que no hay bronca con una risita que casi me contagia y me pregunto qué le hizo pensar que habría bronca. el comentario fue sólo por no dejar. fer estaciona el aztek y bajamos, nos miramos, nos reímos y caminamos a la puerta. beto se faja la camisa.
la fila de gente que quiere entrar está de hueva. fer se adelanta y el de la puerta lo conoce (nos conoce) y voilá, pasamos. veo a una mona muy bonita que trae una falda gris pegada y un top negro, buen vientre, mejores tetas y un anillo en el ombligo. me sonríe y hago lo mismo. cree que la voy a ayudar a entrar. pobre pendeja.
adentro, “lo haré por ti” de paulina rubio sale de todas las bocinas y nos recibe mientras pagamos el cover. alguien grita mi nombre y levanto la mano aunque no sé de dónde chingados viene el saludo. hugo y beto se van directo al baño y es casi seguro que van a inhalar la primera dosis de la noche. a lo mejor me equivoco, digo, puede que ya hayan empezado antes. un mesero nos conduce a la mesa y en el trayecto saludamos como a mil personas. lo clásico se escucha: “mua”, “¡cuánto tiempo!”, “ciao”, “call me”, “te ves súper” “tu pelo la mueve cañón”, “la, la, la”.
el día se va a desintegrar, canto para mí. pedimos una botella de buchanan’s con todo lo necesario y nos sentamos en la mesa del centro. el dj nos saluda por el micrófono y hacemos como que no merecemos tanta atención. la humildad es algo en lo que estoy trabajando ahora.
—fragmento de "el día se va a desintegrar"
de mi libro "frontera pop"
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