jueves, diciembre 19, 2002

becka poseía la inteligencia de un french poddle, aquello no era un secreto para acordeón. habitaba un desliz imposible de abandonar. doña menjurjes, por su lado, la miraba como una niña atrapada en un cuerpo que envejecía conforme saciaba su sed de sexo. estaba harta de contemplar aquella mirada infantil, casi boba, perdida entre el horrendo tapiz que decoraba su sala. podía asegurar ver el espíritu de becka saliendo y entrando a su cuerpo cual delfín en agua.