"estoy sentado en la oficina de papá. perdón, del ingeniero gonzález. una gran ventana detrás de él me permite ver todo el movimiento de los trailers. sigo pensando que amarillo no es el mejor color para la flotilla, pero haz entender al viejo. ahora está al teléfono y parece que es importante, lo sé por el tono de su voz. mientras espero, pienso en río de janeiro. ash tiene una producción en brasil dentro de dos meses y me invitó. no suena tan mal la idea. intento jugar un poco con el trailer a escala que descansa junto a un retrato de la familia y luego dejo el juguete y me concentro en la foto. no sé por qué me vienen a la mente los odiosos domingos familiares. los recuerdo vagamente, eran malviajados, de no mames. días enteros dedicados a soportarnos; vernos las caras de fastidio y darnos cuenta, mientras comíamos en luby’s, que ya ninguno tenía nada qué decir. como ver una porno sin sonido. ni al caso..."
(...)
"salgo emputado. no puedo creer la cantidad de pendejadas que escuché. ¿por qué son así? ¿por qué me tocó esta pinche familia? mamá debe estar en la casa tomando los chochos para sus 7 alergias de temporada, hojeando un libro de metafísica mientras la tele se llena de mierda 'con sello de mujer'.
le pido al chofer que me lleve a un lugar donde al nacer no haya que morir y como no entiende ni madres, le digo que mejor me vaya a tirar a mi casa. enciendo un camel y regresan a mi mente los domingos aquellos. ¡ah! vienen jubilosos a noquearme mentalmente. puto karma puñetero. era terrible cómo ellos seguían obligándonos a pasar días sosos en su compañía. verlos cada vez más distantes, al tiempo que tragaba otra cucharada de puré de papa, no era el paradigma de un domingo de diversión. fuimos testigos silenciosos de cómo ese viaje matrimonial llegaba a su fin y rescato de todo aquel holocausto emocional la idea de que nunca quisieron ver las películas que yo elegía. qué desperdicio..."
—fragmento del cuento "retrato de familia"
de mi libro "frontera pop"
¡ya me urge verlo en papel! pinches güeyes del estado como tardan los cabrones.
(...)
"salgo emputado. no puedo creer la cantidad de pendejadas que escuché. ¿por qué son así? ¿por qué me tocó esta pinche familia? mamá debe estar en la casa tomando los chochos para sus 7 alergias de temporada, hojeando un libro de metafísica mientras la tele se llena de mierda 'con sello de mujer'.
le pido al chofer que me lleve a un lugar donde al nacer no haya que morir y como no entiende ni madres, le digo que mejor me vaya a tirar a mi casa. enciendo un camel y regresan a mi mente los domingos aquellos. ¡ah! vienen jubilosos a noquearme mentalmente. puto karma puñetero. era terrible cómo ellos seguían obligándonos a pasar días sosos en su compañía. verlos cada vez más distantes, al tiempo que tragaba otra cucharada de puré de papa, no era el paradigma de un domingo de diversión. fuimos testigos silenciosos de cómo ese viaje matrimonial llegaba a su fin y rescato de todo aquel holocausto emocional la idea de que nunca quisieron ver las películas que yo elegía. qué desperdicio..."
—fragmento del cuento "retrato de familia"
de mi libro "frontera pop"
¡ya me urge verlo en papel! pinches güeyes del estado como tardan los cabrones.
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