miércoles, octubre 16, 2002

a veces la vida te da lecciones sin que tú las pidas. casi como hacen tus padres. en mi caso, como hace mi padre. esos consejos que nunca pido y que no se cansa de darme.

fui a inyectarme por tercera vez, me sentí como un junkie. entre la rabia del dolor, le confesé a la enfermera que ni siquiera sentía mejoría. ¿cuando debo a empezar a sentirme mejor?, cuestioné.

miró mi prescripción y sin mirarme dijo, pues desde la primera inyección.

salí decepcionado.