martes, octubre 01, 2002

anoche letth y yo dormimos enojados. ¡ah! esas peleas de pareja. bendito sea el creador por ellas. se me ocurrieron mil pendejadas para escribir, pero significaba levantarme de la cama y, en caso de que ella siguiera despierta, aumentar su furia por abandonarla y dejarla desprotegida en las garras inanimadas del edredón. pero estaba demasiado inspirado como para dejarlo todo irse al carajo. los caminos de la inspiración son inescrutables.

unos minutos después me encontraba en medio de una furiosa relación sexual. pudo haber durado una hora. pudo haber durado 5 minutos (no menos). lo importante es que al final, me di cuenta, como por arte de magia, que ya no tenía nada que escribir.

pensé en que a lo mejor tengo demasiado tiempo libre. pensé que el sexo está matando la literatura. luego ratifiqué que son los escritores como yo quienes lo estamos haciendo. eso me tranquilizó.

ya me voy a neolaredo...