luego desperté —y supongo que obsesionado con la esperada creciente del río bravo que según sepultaría la ciudad—, y viví otro infierno onírico. me encontré en un cuarto inundado. me bajé de la cama y el agua me llegaba a las rodillas...
traté de despertar a mi novia, pero, oh sorpresa, no podía hablar. abría mi boca pero no salía ningún sonido. me desesperaba y recuerdo en medio de esa pesadilla, que lo primero que intentaba salvar, era el cpu de mi compu...
desperté y me dolía la garganta. eran las 5 de la mañana y me hice un té de limón con miel. la revolución en mi cabeza amenazaba con seguir.
traté de despertar a mi novia, pero, oh sorpresa, no podía hablar. abría mi boca pero no salía ningún sonido. me desesperaba y recuerdo en medio de esa pesadilla, que lo primero que intentaba salvar, era el cpu de mi compu...
desperté y me dolía la garganta. eran las 5 de la mañana y me hice un té de limón con miel. la revolución en mi cabeza amenazaba con seguir.
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