viernes, septiembre 13, 2002

¿qué tendrá mi plancha?

¿por qué será que cada que plancho huele como si estuviera haciendo café?

hoy me levanté temprano y ni siquiera me siento cansado. tengo que mandarle unos libros a una amiga y, de paso, pues voy a intentar trabajar que buena falta me hace. eso de cobrar nomás sin tanto esfuerzo me tiene preocupado. quizás más adelante alguien me pedirá que me deshaga de un cuerpo y no podré negarme. debí pensarlo un poco más antes de hacerme de estos jales freelance. escribir poco y cobrar regular suena bien, pero debe haber algo más.

un día (y tendrá que ser uno de esos viernes que voy a cobrar con singular alegría) llegaré y me mandarán a cruzar la frontera con algo en la cajuela y me despacharan sin que pueda hacer preguntas al respecto. me lo tendría bien ganado por confiado. ¿qué? ¿escritor? ¿en neolaredo? ja... estabamos manteniéndote, imbécil. ¿tus textos? son hojas de reciclaje ahora.

¿la revista? ¿cual revista? todo lo que has entregado (que no es mucho tampoco) ahorita es material para hacer avioncitos y barquitos en un kinder del dif.

¿tu sueldo? su verdadero nombre es subsidio, pero ahora vas a desquitar realmente todo lo que te metiste. para empezar, hay un encajuelado allá afuera, tienes que llevarlo al yonke pepe's y asegurarte de que todo quede del tamaño de un cubo de consomate. ¿te mencioné que la policía siguió hasta aquí al que lo trajó?

güey, mejor termino de planchar. ese pinche olor ni ha de ser café...